Al reportero gráfico Julio Pantoja le tocó varias ocasiones viajar a la provincia de La Rioja, donde hacía las coberturas para las revistas “Noticias” y “Caras”. Entre varias anécdotas, comparte la siguiente.
“Me acuerdo que una vez salimos a buscarlo para hacer una entrevista. Representábamos como cuatro o cinco medios. Menem me dice me le acaban de prestar un auto y que quiere probarlo. No me acuerdo qué auto era; uno auto rojo deportivo, esos que le gustaban a él. Se acababa de construir la ruta nueva en La Rioja. Entonces el tipo sale a hacer una picadita por la ruta, pero así como si fuera un adolescente y se para en un lugar donde había un mirador muy lindo, obviamente todo pensado para la foto. Entonces se baja y ahí se pone a charlar con nosotros”, relata.
“Por supuesto hacemos los fotones en el paisaje, y cuando nos estábamos yendo, yo estaba abriendo la puerta de mi auto y veo que el tipo se viene corriendo hacia mí, se me acerca y me dice: ‘Chino, te estás dejando esta llave. Me dice tu mujer no te va a dejar entrar a la casa’. Efectivamente se me había caído el llavero y el tipo no es que lo vio y le dijo al asistente que me lo acerque. ¡No! Se vino corriendo a alcanzarme la llave. Tenía siempre ese tipo de cosas”, menciona.
Pantoja aclara que “más allá de las diferencias en términos políticos o coincidencias que cualquiera de los periodistas podría haber tenido, era siempre súper amable, te hacía sentir bien siempre; inclusive cuando había períodos en los que él estaba peleado con los medios, que no le daba notas a no sé que diario, pero a los periodistas que iban los trataba igual, los hacía pasar, pero no le daba las notas”.
“Estaba en el detalle, te sacaba el registro, te identificaba por el nombre o tiraba un chiste. Esas coberturas eran divertidas, no solo por él, sino por todo el contexto. Era como muy estrafalario, muy kitsch, muy de revista del corazón. Pensemos en el apogeo de la pizza y el champagne, de las corbatas de Trovato. Era muy muy dado a las notas de las revistas, le encantaban. Las revistas del corazón tenían como un lugar muy presente, muy cercano a sus preferencias”, resalta.